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Manejo alimenticio de reproductoras en épocas de estrés por calor

En épocas de calor se dan incrementos de las pérdidas por mortalidad y reducciones en el crecimiento y fertilidad.

Al acercarse el verano, con el progresivo incremento de temperatura ambiental, se puede esperar: un incremento de pérdidas por mortalidad y una reducción en el crecimiento, en la fertilidad de los machos reproductores así como en el ratio de ovulación. Estos factores suponen importantes pérdidas económicas para el productor porcino.

A fin de evitar tales costes económicos, diferentes actuaciones son posibles: el manejo de los animales, inspección de los sistemas de agua, equipos de ventilación y enfriado, optimización de los sistemas de transporte y planes para mejorar la infertilidad estacional.

Para optimizar los parámetros reproductivos destacan las medidas que permitan controlar el consumo de pienso por parte de las cerdas reproductoras: Asegurar que las cerdas mantengan el consumo de pienso durante los meses de verano es el punto de manejo más crítico para reducir el impacto del estrés térmico y la infertilidad estacional (ver Gráfico 1) . De hecho, por cada 1ºC por encima de la temperatura crítica superior efectiva se reduce 1,7% la ingestión de Energía Digestible. La temperatura ambiental efectiva (corregida por Humedad relativa) es la que cuenta para dichos cálculos, pues es la que el animal realmente experimenta.

Temperatura del aire (ºC a 9.00 AM)

Gráfico 1. Consumo de pienso aproximado en cerdas reproductoras.

  1. Alimentar durante las horas del día con temperaturas más bajas. El suministro de pienso a primera hora del día (2 AM - 6 AM) o a última hora de la noche (10 PM - 2 AM) estimula el apetito de la cerda.
  2. Incrementar la frecuencia de alimentación: la mayoría de los productores experimentan incrementos de 10 a 15% de consumo de pienso cuando cambian el suministro de pienso de 2 a 3 veces por día, hasta incluso 4 en zonas especialmente cálidas. Cuando se incrementa la frecuencia del suministro, se disminuye el consumo de cada toma. El motivo de esta estrategia de trabajo está basado en el incremento normal de la temperatura corporal que ocurre tras la ingestión de alimento.
  3. Utilizar pienso lo más fresco posible. Las cerdas tienden a ser muy selectivas en la elección del pienso y es especialmente necesario durante estos períodos que los animales quieran comer. En condiciones cálidas, el pienso se estropea más fácilmente, especialmente si contiene un nivel elevado de grasa añadida. Una superior frecuencia de servicio de pienso puede permitir un mejor mantenimiento de las condiciones organolépticas que comportará inferior rechazo.
  4. Intentar el aporte de dietas líquidas. Es recomendable implementar esta práctica durante la lactación. Sin embargo, dado el corto período en que las cerdas están en lactación, sería más beneficioso aclimatar a las hembras a este alimento durante el último tercio del período de gestación. El éxito de este tipo de alimentación es variable, pero esta estrategia ha demostrado permitir un incremento de la ingestión en hasta un 15%.
  5. Añadir grasa a la dieta. Como resultado de una ingestión reducida de pienso, muchas cerdas son incapaces de alcanzar las demandas metabólicas requeridas durante lactación. Este factor es la causa más probable de los desórdenes reproductivos durante estos períodos de calor excesivo. Una forma de asegurar que las cerdas consumen suficiente energía es mediante la adición de grasa a las dietas de lactación (7 a 10% de aceite vegetal). Pese a los efectos beneficiosos, hay dos consideraciones importantes: La generación de dietas con alto nivel de grasa necesitan un nivel antioxidante adecuado a esta grasa. En segundo lugar, los niveles dietéticos de aminoácidos, vitaminas y minerales deberían ser corregidos según los requerimientos establecidos por la NRC.
  6. Proveer agua constantemente lo más fresca posible. Las temperaturas ambientales elevadas incrementarán los requerimientos de agua. Un cambio en la temperatura ambiente de 13,9ºC a 32ºC comporta un incremento superior al 50% en su consumo diario de agua. Las hembras lactantes necesitan consumir unos 35 litros de agua diarios, mientras que las gestantes cerca de 15 litros de agua por día. Una regla práctica para el cálculo más acertado de consumo de agua es que este supone unas 5 veces el consumo de pienso diario. Los sistemas de suministro de agua deberían suministrar un mínimo de 1 litro por minuto (lo ideal serían unos 2 litros por minuto). La temperatura y calidad del agua son otro factor a considerar: Durante períodos de calor, los animales consumen casi el doble de agua fría (10ºC) que caliente (26ºC).

Estas pautas de alimentación deberán ser corregidas atendiendo a si la cerda es primípara o multípara. Hembras primíparas consumen menos pienso durante lactación, por lo que su pienso deberá haber sido formulado con una superior concentración nutricional a fin de cubrir los mismos requerimientos que los animales multíparos. Además, durante los primeros días tras el parto, el animal tiende a comer menos, por lo que una práctica útil es el aporte de un mínimo de pienso durante el primer día (1,25 a 2 kg) e incrementar a razón de 0,75 a 1,25 kg por día, para que la cerda esté con ración completa durante el quinto día de lactación.

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